Cuando era pequeña asociaba el mes de agosto a las vacaciones, al olor a mar y a crema de sol. A los viajes con mis padres, los cinco… A trasnochar y a no madrugar y a beber horchata, porque en Madrid no había ni horchata ni mar.
Ahora agosto tiene otros olores y otros colores. Vivo en la playa todo el año y ya no me seduce plantar la toalla estos días. Me he acostumbrado a tenerlo cerca… y no me llama ya tanto la atención como me pasaba de pequeña.
Y lo mismo me sucede con agosto. Ya no asocio agosto a las vacaciones porque hace tres años que trabajo agostos y descanso eneros o mayos. La única diferencia es que ahora están mis hijas en casa, entonces trabajo con ellas por aquí, adaptando mis tiempos a los de ellas.
Yo busco estrellas. Personas que quieran emprender y no sepan cómo. Personas que busquen un proyecto. Que quieran hacer algo diferente, tener un plan B, dejar de trabajar para el éxito de los demás o que quieran salir de la rutina de los agostos. O tener muchos agostos dentro de algunos años. Busco personas con la mente abierta y ganas de conocer cosas nuevas. Busco buena gente, gente divertida y gente diferente. Y esas personas se encuentran siempre cuando menos lo esperas, también en agosto.
Se encuentran en la playa: «Hola, qué tal, ¿eres de aquí? No ¿verdad?». Y también se encuentran en el chiringuito: «Hace un calor espantoso y hemos venido a tomar algo…». Esto se llama networking playero y me lo ha contado mi amiga Elena Arnaiz (www.elenaarnaiz.es) que en esto de búsqueda de empleo sabe mucho, muchísimo. Y se encuentran en la montaña, y en cualquier ciudad nueva que vayas a visitar. Se trata de hablar, hablar, hablar… hablar con las personas, esa es la mejor oportunidad para encontrar un nuevo empleo. O para que el empleo te encuentre a ti. Hablar es gratis, y en agosto se habla mucho. Así es como yo encuentro a mis estrellas, hablando y escuchando.
Agosto… trabajes o no, relájate. Piensa, escucha y habla. Relativiza (otra vez haciendo caso a Elena) y sobre todo toma distancia con lo que has hecho hasta ahora porque quizá tu plan B no está ahí sino en cosas diferentes. En agosto… escucha. Y salta. Y abraza nuevas oportunidades. Quizá lo que ayer era imposible, en septiembre se haya convertido en probable.