Tengo que confesarte algo. Sufro mal de amores. Porque yo estaba enamorada de esos agostos en los que dejaba el teléfono del trabajo en el periódico y no volvía a acordarme en veinte días. Pero autónomos y vacaciones de desconexión total es un amor imposible. Un amor platónico… Y he descubierto que no soy la única. Que hay muchos con el mismo mal de amores encima. Ay… qué malo es esto.
Miércoles de la semana pasada. Llego a casa por la tarde y entro en el garaje. Como siempre… Maniobro, pongo marcha atrás y… ¡crashhhhhh! “Noooo puede ser. ¿Quién ha puesto esa columna hoy ahí en medio?” Me bajo para ver el estropicio. No me he pegado contra una columna, es uno de los pilares de la casa y lleva ahí exactamente catorce años. El mismo tiempo que hace que vivo en ella. Deben ser los calores o el cansancio… o hacer las cosas con el piloto automático. El caso es que al coche se le cae un embellecedor de la rueda trasera. Lo meto en el maletero, salgo del párking y ¡ale! camino al taller. Tengo que irme el viernes a Madrid con ese coche… ¡como sea!
– “Toni, buenas tardes. Me tienes que echar una mano. No sé si te vas de vacaciones, pero me tienes que arreglar esto”. Estoy blanca… si me dice que cierra en verano, me da algo.
– “Relaja, Sandra. Que lo estoy pasando fatal. Me ha dejado la novia plantado…”
– “Vaya, lo siento” (y yo pienso… “¿y qué tiene que ver eso con que me arregle el coche?”)
– “Mi novia se llama vacaciones. Se ha ido con otr@s. Aquí no se cierra en agosto. Soy autónomo”.
Jaja… Toni es un tío divertidísimo y me ha inspirado el post. Autónomos y vacaciones… ese amor imposible. Yo estoy como Toni, a mí también las vacaciones esas de desconexión total me han dejado por otr@s.
Toni abre el maletero, saca la pieza que se me había caído y un aparato tipo metralleta que dispara tornillos. Se tumba en el suelo y pam, pam, pam…
– “Ya lo tienes. Así te vas a Madrid y cuando vuelvas, me lo traes y lo arreglamos”.
Es un súper héroe. Así que le doy un abrazo fuerte. Aún tiene en la mano la metralleta de tornillos.
– “¿Te pongo algún tornillo más?”
– “Por favor, en la cabeza. Me falta más de uno…”. Y nos reímos los dos con ganas.
Me subo al coche y recuerdo la historia del taxista de Sevilla. El que me llevó al hotel desde Santa Justa, aparcó y me subió hasta la maleta. “Yo en agosto desaparezco, ¿sabes, niña? Antes, venga a gastar gasolina de aquí a allá, pero ahora guardo un poco para salvar los gastos de agosto y cierro el chiringo. A mí me gusta irme a Huelva los treinta días con mi neverita de playa llena de Cruzcampos. Hace poco que me lo puedo permitir. Pero llevo treinta currando como un enano…”
Y mientras recuerdo, sonrío. A este autónomo las vacaciones no le han dejado por otr@. Debe ser la experiencia. Me quedan sólo 25 años para ser como él… Ojú.
Pero el descanso es necesario… y tanto. Creo que el golpe en el coche tuvo mucho que ver con eso. Los tres primeros años como autónoma no paré. Cero días libres. Casi se me seca el cerebro. Pero luego entendí que ese ritmo infernal me perjudicaba. Y me regalo unas dos semanas al año para juntar autónomos y vacaciones: una en verano y otra entre Navidad y Semana Santa. Y bueno… en agosto bajo el ritmo. Aunque tengo que decirte que descuelgo el teléfono si estoy de vacaciones y me llama un cliente. Que levante la mano el freelance que no lo hace… Un cliente que llama, aunque sea agosto y estés en la Conchinchina, bien merece que le hagas la ola… la facturación es dura de roer en este mes de los calores.
Sí, yo te aconsejo que descanses. Las palabras autónomos y vacaciones deben estar en tu agenda. Es necesario. Desconecta al menos algún día, engancha un lunes o un viernes y date un lujo de un fin de semana largo. Sal del lugar donde vives, aunque sea a respirar aire a treinta kilómetros de casa. Duerme alguna siesta, come tarde, rompe horarios… aunque de reojo revises el móvil cada poco tiempo. Claro que no todos somos el taxista de Sevilla, ese ya es un experto… pero nos merecemos un reseteo mental. O llegarás hecho unos zorros. Y sin fuerzas para pensar. Y un autónomo sin fuerzas para pensar… en fin, un desastre.
Así que… mi Reinventharse y yo vamos a descansar. Volveré a verte en septiembre. Las vacaciones del blog también me las merezco. Me quedan tres semanas a medio gas hasta que llegue la última de agosto, cuando desapareceré por completo… (jajaja eso digo y ni yo misma me lo creo)
Feliz agosto, mis queridos autónomos.
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Me apasiona la comunicación y el marketing. Y dediqué los 21 primeros años de mi vida profesional al periódico El Mundo y la comunicación empresarial e institucional.
En 2013 emprendí un proyecto de marketing digital y franquicias on line para conciliar con mi vida de madre.
Desde entonces ayudo y enseño a otros emprendedor@s que quieran hacer lo mismo que yo y me involucro al máximo en su éxito. Porque la clave en este siglo XXI es la suma de experiencias y el trabajo en equipo.
Pero por qué me encanta leerte?
Porque eres frescura, auténtica y me aportas mucho. Lo difícil lo haces fácil.
Me encanta el artículo.??
A descansar y a aflojar la marcha para así coger la fuerza necesaria que se necesita.
Un besazo guapa!??
Muchas gracias, Carmen. Tú también me aportas mucho a mí. Y lo sabes. Feliz verano.