Siempre ha sido como una madriguera cualquiera de las casas en las que hemos vivido, hasta que un día construí una madriguera propia. Pero da lo mismo porque la madriguera base siempre está en el mismo sitio, aunque hayamos ido cambiado de ubicación.
Familia. Bonita palabra. Familia grande de gente grande. De ejemplos, de lucha y de vida. Familia que enseña a hacer familia y de la que salen otras familias. Así fue todo, así fue el principio.
Ellos fueron protagonistas hace 45 años. Un hombre fuerte y valiente. Y bueno, muy bueno. Y una mujer alegre, optimista, vital… sin la que nada hubiera sido lo mismo. Mamá y papá. La reflexión y la calma junto a la música y a las canciones.
En total éramos cinco en la madriguera: ellos, mis dos hermanos y yo. Aunque poco a poco se ha ido llenando de gente.
Mi hermana es mi clon. Con diferencias, pero mi clon. «Mamá, la tía es casi igual que tú». Pues eso. La presencia siempre, mi pepito grillo, hecha también de música y de canciones. Como mamá.
Mi hermano no es mi clon. Pero por eso es mejor. Está hecho de calma y reflexión. Como papá. Siempre está ahí, aunque más en silencio. «Tu hermano es la persona más buena que he conocido nunca». Ahí queda.
Ellos, los cuatro, merecían un gente que suma. Son mi esencia.
Gracias. Infinitas y siempre.